- Mule jenny:
La inventó Samuel Compton en 1779, funcionaba con energía hidráulica, esta
maquina producía el hilo fuerte, pero delgado, que era conveniente para
cualquier clase de textil. Al principio, esto fue usado para hacer girar
el algodón, pero más tarde se aplicó a otras fibras.
·
El
telar mecánico:Edmund Cartwright diseñó el primer telar
mecánico en 1784,la introducción de este telar mecánico fue rechazada por los
que habían sido sustituidos en sus puestos de trabajo, Este telar funcionaba con vapor;En los años
siguientes él y otros ingenieros hicieron algunas mejoras y, a principios del
siglo XIX, el telar mecánico se utilizaba ampliamente.
Locomotora de
vapor: Una locomotora de vapor es una locomotora
impulsada por la acción del vapor de agua.La primera locomotora de vapor fue
construida por el británico Richard Trevithick en 1803;el ingles George
Stephenson fue uno de los percursores de las locomotoras a vapor, el 25 de
julio de 1814 Stephenson terminó la construcción de su primera locomotora;
Dicha locomotora conseguía arrastrar una carga de cuarenta toneladas a una
velocidad de seis kilómetros por hora
La fábrica
Las primeras fábricas fueron conformandose a medida que el trabajo en su
proceso de relacion constante con la forma de vida se daba con la Historia.
Cuando el hombre del agro paso a las fabricas, cuando se tuvo los inventos de
las maquinas, el trabajo en serie, se fue dando la formación de las primeras
fabricas dentro de lo que se conoce históricamente como la Revolución
Industrial. La industrialización se desarrollaría y las fábricas se conformarían.
Tipos de industrias. Pioneras
A finales del S.
XVIII surgen las fábricas, las máquinas que sustituyen la fuerza humana y
animal, primero en el sector textil, luego en la siderúrgica, la minería, los
transportes y la agricultura.
Por una parte
estaba la industria textil algodonera, que con la necesidad de mejorar la
cantidad y calidad del hilo que se obtenía con el uso propició las
innovaciones.(máquina de hilar de Hargreaves o la máquina de vapor de James Watt).
La industria
textil fue el sector rector impulsó el desarrollo y luego siguieron otros: la
minería, ya que estas máquinas necesitaban carbón como combustible y el
metal para construirlas, la siderúrgica, que le proporcionaba las máquinas
y la agricultura que proporcionaba la materia prima, aunque la mayor parte del
algodón procedía de EEUU.
Por otra parte,
estaba la siderurgia y metalurgia que también experimentaron avances.El
resultado fue la concentración de las fábricas cerca de las minas de carbón. Su
demanda vino de la demanda de máquinas para el sector textil y del ferrocarril.
La revolución en los transportes
La Revolución Industrial creó grandes excedentes para vender.
Los mayores rendimientos de la tierra hicieron que las regiones agrícolas
produjeran mucho más de lo que podían consumir. Lo mismo sucedió en las
regiones industriales, como consecuencia de su mayor productividad. Este
aumento de los excedentes elevó la cantidad de mercancías intercambiadas entre
regiones de un mismo país o entre distintos países. Un comercio cada vez más
voluminosos exigió renovar los medios de transporte. Era preciso lograr un
tráfico abultado, rápido y barato. De lo contrario, el crecimiento económico se
hubiera estrangulado, al no poder colocarse los excedentes en mercados lejanos.
La construcción de mejores caminos y canales, el aumento de las flotas a vela y
los flippers permitieron
un comercio mayor y más barato durante la primera mitad del siglo XIX. Pero el
progreso tecnológico no se detuvo aquí: dio un gran salto adelante después de
1850, cuando se generalizó el empleo de la energía de vapor tanto en el
transporte terrestre, como marítimo.
El desarrollo de comercio
Gracias al
comercio exterior se obtenían materias primas abundantes y baratas y se
conseguían amplios mercados para los productos industriales.
Los países del norte de Europa habían organizado el comercio
mundial a su beneficio. A mediados del S.XVIII, se introdujo el cultivo del
algodón, y las primeras innovaciones técnicas permitieron aumentar la
producción de la industria europea.
Este sistema
necesitaba de los mercados y materias primas de buena parte del mundo y retrasó
la industrialización del resto.
El
capitalismo industrial
La revolución industrial, que venía gestándose desde el siglo XVI,
pero alcanzó su plenitud hasta el siglo XVIII, transformó los procesos
productivos, transfiriéndolos del hogar o el taller artesano a la fábrica y
convirtiendo el trabajo manual en mecánico, y exigió la aportación laboral de
un numero cada vez más elevado de obreros. Este capitalismo industrial inicial
era altamente competitivo, porque las empresas, de propiedad individual, eran
pequeñas y numerosas en cada sector y, por tanto, ninguna de ellas tenía por sí
sola poder suficiente para intervenir decisivamente en el mercado. Sin embargo,
la rápida acumulación de capital, unida a los frutos inmediatos de la revolución
tecnológica que se había operado, hizo que el proceso de crecimiento de las
unidades económicas fuese cada vez mas acelerado. La consiguiente concentración
se tradujo en e aumento tanto del tamaño de las empresas como de los capitales
depositados en las instituciones bancarias y en las grandes sociedades
anónimas. La consecuencia fue una sensible disminución del nivel de competencia
y la aparición en distintos sectores de mercados oligopolistas y monopolistas
dominados por pocas empresas o por una sola, las cuales podían de esta manera
aumentar sus beneficios recurriendo a diversos métodos como adopción y control
de patentes, reparto de territorios en exclusiva fijación arbitraria de
precios, etc. En suma todo cooperó a hacer que sufriera un gran bajón el nivel
de competencia típico del primitivo capitalismo industrial.
A fines del siglo XIX, las grandes potencias industriales, movidas
por el deseo de conquistar mercados y fuentes de primeras materias cada vez más
amplios, se repartieron los territorios de África,
haciendo de este continente un sistema colonial. En esa misma época fue también
notoria la expansión de Gran Bretaña en Extremo y Medio Oriente y, junto con
Alemania, en China, Alemania por su parte, proyectó sus intereses sobre el Este
europeo, mientras que EUA prevalecía en Ibero América y en el pacífico. De esta
manera las grandes metrópolis llegaron a regir económica y aún políticamente la
mayor parte del mundo.
Liberalismo
y capitalismo. Principales ideólogos
Liberalismo y capitalismo
son, para algunos economistas, términos equivalentes desde el momento en que la
economía de mercado, la propiedad privada de los medios de producción y el
protagonismo de la iniciativa individual no conforman un mero sistema de
organización de la economía, sino que definen todo un modelo de civilización,
el único capaz de crear riqueza para todos y de elevar el nivel de vida de una
población en constante aumento, posibilitando así el florecimiento de los
valores del espíritu. Tal es la idea dominante de las tres obras que integran
el presente volumen, ligadas por una profunda unidad temática y de estilo.
Adam Smith:
Fue un economista y filósofo escocés, uno de los mayores exponentes
de la economía clásica.
Adam Smith basaba su ideario en el
sentido común. Frente al
escepticismo, defendía el acceso
cotidiano e inmediato a un mundo exterior independiente de la
conciencia. Este pensador escocés
creía que el fundamento de la acción moral no se basa en normas ni en ideas
nacionales, sino en sentimientos universales, comunes y propios de todos los
seres humanos.
1
En 1776, publica La riqueza de las naciones,
sosteniendo que la riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un
estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya
abordado por los mercantilistas y fisiócratas,
pero sin el carácter científico de la obra de Smith. Este trabajo obtuvo para
él el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y
sistemático del tema.
El mundo de los bancos y las finanzas.
El aumento
de la población, con el consiguiente desarrollo de la demanda y el consumo, más
la tradicional vitalidad del comercio británico y la mejora sustancial de las
vías de comunicación, fueron determinantes para que Gran Bretaña tuviera un
mercado interior articulado donde vender los productos que generaban las nuevas
fábricas.
Además,
Gran Bretaña comenzó a finales del siglo XVIII a consolidar el mercado exterior
de sus productos en Norteamérica y Europa. Estaba preparada para inundar el
mundo con artículos de un creciente consumo, especialmente, los textiles,
gracias a su fabricación masiva.
Por
otro lado, el mercado exterior era muy importante no sólo para dar salida a los
productos sino, también para conseguir materias primas.
Expansión del capitalismo industrial
El ascenso del capitalismo ha sido
animado por el nacionalismo económico y el mercantilismo. Al principio de los años 1950, Charles Wilson, director
general de General Motors,
declaraba "lo que es bueno para General Motors es bueno para los Estados Unidos y recíprocamente". Un siglo
antes, Karl Marx explicaba que el capitalismo requería
un mercado protegido donde despachar sus productos, el nacionalismo era
primeramente la mejor manera de garantizárselo:
"El mercado es la primera escuela donde la burguesía se entera del nacionalismo".
Después, la convergencia de los
intereses nacionales y de los del capitalismo es cada vez más discutida, y
parece que el capitalismo procura librarse de coacciones nacionales haciéndose
el motor de la universalización económica.
Segunda fase de la industrialización
El paso de la primera a la segunda fase de la revolución industrial
se establece alrededor de 1870 y permitió la definitiva unión entre la
ciencia y la industria.
1. La población
Paralelamente al proceso industrializador
el número de europeos se dobló a lo largo del XIX, y sin llegar a estos
términos también podemos comprobar un crecimiento de población en todo el
mundo.
En Europa la tasa de natalidad se mantiene
en niveles altos y medios, aunque en clara disminución a partir de 1870. La
tasa de mortalidad desciende extraordinariamente, por lo que el excedente de
población europea sigue siendo lo bastante numeroso para atender la demanda
creciente de mano de obra industrial y para formar los grandes contingentes de
emigrantes.
Estados Unidos era un destino especialmente
atractivo por el bajo precio de la tierra y el avance hacia el oeste, pero a
partir de 1880 los inmigrantes permanecerán en las ciudades, en trabajos no
rurales.
El aumento de la población urbana , en todo
el mundo creció extraordinariamente,
pero más que un factor , es una consecuencia de los procesos de
industrialización.
2. La nueva tecnología y nuevas fuentes de
energía.
La extracción del petróleo
tuvo lugar, por primera vez, en 1859 en
Pennsylvania y se aplicó inmediatamente al sustituir las lámparas de aceite por
las de queroseno. Se utilizó como carburante para la automoción terrestre y
para calentar las calderas de los barcos en sustitución del carbón, como
lubricante, como combustible de calefactores
y , además, de él se obtenía gran número de derivados (insecticidas,
perfumes, plásticos, tejidos, medicinas, pinturas) que dieron lugar al
nacimiento de una nueva rama de la química: la moderna petroquímica.
una serie de inventos
(máquina de coser en 1858, hélice aplicada a los buques en 1864, bicicleta en
1865) abren un inmenso campo de posibilidades a las industrias mecánicas,
asimismo permite cambios de hábitos en la vida cotidiana sustituyendo por
máquinas las faenas más pesadas. A partir de ahora la invención se acelera y se
despersonaliza; ello se debió a la más rápida difusión del progreso técnico
gracias a las publicaciones, a las exposiciones universales y a la estrecha
relación entre ciencia, técnica e industria.
Los hallazgos de Faraday en
el campo de la electricidad y el
descubrimiento de la dinamo (1872) permiten el aprovechamiento de la energía
hidráulica para producir electricidad.
Térmica o hidráulica, la
electricidad tendrá numerosas aplicaciones, siendo la lámpara incandescente de
Edison (1879) la más popularizada. La incidencia de la electricidad en los
medios de comunicación a larga distancia cambiaba las concepciones de
proximidad y lejanía: el telégrafo, el teléfono (1876), la radio de Marconi. La
aplicación de la electricidad en los ferrocarriles permite la electrificación
de líneas, metros y tranvías. Gracias a la electricidad nace la industria del
cine (1895) y se iluminaron ciudades.
La nueva metalurgia posibilita la aplicación del níquel y
del aluminio a la industria. La obtención de acero por el método de Bessemer
(1856) permite su producción en masa;
este cambio, junto a la aplicación inmediata del motor de explosión (Benz 1886)
hizo posible el automóvil.
La industria química aprovecho toda esta tecnología
descubriendo nuevos usos de los minerales, transformando la industria
alimentaria y mejorando las producciones agrícolas por la generalización de
abonos (desde 1843 a gran escala superfosfatos y nitratos de sodio). El avance
de la química también aumento la potencia de los explosivos (Nobel, dinamita
1866).
Los descubrimientos en Física
permiten los rayos X (Roentgen,1895) el radio (Curie, 1895), y cambian la
concepción de la física: Plack niega que la energía fluya de manera continua y
anuncia un nuevo postulado, a saber, que la energía se presenta igualmente en
forma de partículas (cuanta) emitidas de manera discontinua por la materia. El
valor de estos cuanta es proporcional a la frecuencia. Albert Einstein prueba
la exactitud de esta constante, aplicándola al efecto fotoeléctrico por el cual
la luz arranca electrones a la materia. De este modo, la teoría atómica y la
teoría de la relatividad nacen casi simultáneamente en 1905.
3. La agricultura.
Tres son los factores esenciales de la
transformación agraria hacia grandes progresos en su productividad.
A/ Cambios en la forma de propiedad.
B/ Mayor fertilidad del suelo, mediante los abones químicos.
C/ La maquinaria agrícola, modernizada a
partir de 1850 (segadora mecánica, 1846; etc.)
4. Los transportes
El ferrocarril multiplicó por 30 el número
de kilómetros en 64 años, de modo que en 1914 existían más de un millón de
kilómetros, frene a los 35.000 de mitad de siglo. Esta industria y su
mantenimiento necesitaron un personal muy numeroso y un capital considerable.
En los transportes marítimos triunfó la
navegación a vapor, pero la nueva metalurgia posibilitó un mayor tonelaje de
los buques (de 1000 a 60000 tm) y gracias a las aperturas de los canales de
Suez y Panamá se redujeron los tiempos
empleados en las travesías.
El automóvil, síntesis de los inventos de
la época, anuncia tiempos nuevos dado que la nueva industria necesita grandes
cantidades de materiales elaborados: motores, acumuladores, carrocerías,
neumáticos, etc.
Nuevas fuentes de energía y nuevas industrias
Las fuentes de energía que
posibilitaron este inicio de la revolución industrial fueron:
·
La
energía mecánica animal utilizada sobre todo para el arado y los nuevos
sistemas de cultivo.
·
Energía
hidráulica utilizada por los molinos de agua.
·
Energía
humana, utilizada para el pedal de la hiladera o mecanización mediante objetos
de innovación técnica.
·
La
madera utilizada como material de combustión.
La industria textil
fue desbancada por otras, como la química
o la alimentaria.
El ferrocarril
siguió estimulando la siderurgia.
- La organización del trabajo
en la fábrica cambió, surgiendo la producción
en cadena (fordismo) y la máxima especialización.
- Surgieron enormes corporaciones
empresariales.
- Las relaciones económicas se globalizaron.
Nueva organización industrial
La complejidad del
entramado empresarial
y de los procesos de producción pusieron de manifiesto en esta
segunda fase de la industrialización la necesidad de nuevos sistemas organizativos.
El taylorismo:
Buscaba la planificación científica
del proceso productivo en la empresa. La idea partió de F. Taylor
quien en su obra "The
Principles of Scientific Management", publicada en
1911, teorizó sobre la especialización de las funciones en el
trabajo y la estandarización
de los procedimientos a seguir.
Según él las
tareas debían realizarse con el menor esfuerzo y en el menor tiempo posible
eliminando pasos y movimientos innecesarios con el objeto de reducir los costes
de fabricación. El obrero debe ser aislado convenientemente y tener todos los
elementos que manipula a su disposición y fácil alcance. El trabajo intelectual
y el manual deben estar separados. Corresponde al primero organizar, impartir
directrices y supervisar al segundo. Establece un riguroso cronometraje de cada
tarea a fin de evitar el descuido o pérdida de tiempo del operario.
Nueva organización industrial
En la revolución
industrial se pasó del monopolio (una situación de fallo de mercado en la cual,
para una industria que posee producto, un bien, un recurso o un servicio
determinado y diferenciado, existe un productor oferente que posee un gran poder de mercado y es el único de la industria que lo posee)
al cartel (acuerdo entre dos o más empresas que
conservaban su autonomía financiera para fijar precios, cuotas de producción y
repartirse el mercado).
Burguesía y proletariado.
Burguesía es
un término de origen francés utilizado en la economía política, y también
extensivamente en filosofía política, sociología e historia. Designa a la clase
media acomodada; aunque su utilización inicial y su uso específico
en las ciencias sociales o en el ideoléxico (especialmente en la fraseología
marxista) tienen muy diversas variantes y matices.
El proletariado es la clase social baja de la edad
contemporánea que, en el modo de producción capitalista carece de medios de
producción y solamente posee su fuerza de trabajo. La burguesía es la
propietaria de los medios de producción y constituiría la clase social alta.
Por debajo o al margen del proletariado, se encuentra el lumpenproletariado o subproletariado,
término con el que se designa a la población situada socialmente por debajo o
al margen del proletariado y constituye el último estrato social y al que se
considera que carece de conciencia de clase.
El término fue recuperado por Karl Marx, quien estudió Derecho
Romano en la Universidad de Berlín, para identificar a la clase baja sin
propiedades ni recursos que solamente podían trabajar y tener hijos -el
proletariado o clase obrera- grupo antagónico de la clase burguesa o capitalista.
Las primeras asociaciones obreras
Durante el siglo
XIX, los trabajadores y trabajadoras de la industria naciente fueron adoptando
una conciencia de clase, que los llevó a organizarse en asociaciones laborales,
o sindicatos.
Las primeras
manifestaciones de la revuelta obrera tomaron un carácter ludita. En 1821 los
trabajadores de la industria de Alcoi (Valencia) ocuparon esta localidad y
destruyeron los telares mecánicos. El suceso más significativo de la oposición
entre clase obrera naciente y mecanización fue la destrucción del Vapor
Bonaplata de Barcelona en 1835.
La oposición a la
mecanización vivió aún otros episodios. El más importante fue la movilización
contra los nuevos husos mecánicos perfeccionados y de gran productividad
(selfactinas).
El asociacionismo
obrero se inició durante la década de 1830. Las primeras reivindicaciones
fueron de tipo resistencialista: de entrada, los trabajadores se movilizaron
sobretodo contra el empeoramiento de la condiciones laborales. En 1834 un grupo
de tejedores de Barcelona protestaron contra la decisión de los industriales de
alargar la medida de las piezas de tela; los trabajadores cobraban a un precio
hecho -tanto por pieza-, esto significaba, en la práctica, una reducción de su
salario.
En 1840 se
constituyó en Barcelona la primera asociación obrera de todo el Estado español:
la Sociedad de Protección Mutua de Tejedores de Algodón.
Las asociaciones
obreras nacieron con muchas dificultades. El liberalismo, entendido en un
sentido estricto, negaba el derecho de los trabajadores a organizarse
colectivamente. La represión patronal constituía la despedida de trabajadores
conflictivos, listas negras para impedir su contratación, etc.
El asociacionismo
obrero se inspiró en la tradición de los gremios. Por un lado, la organización
por oficios. Por otro lado, la asociación era, sobretodo, una entidad de ayuda
mutua: las cotizaciones aportadas por los afiliados llenaban una caja
colectiva, destinada a ayudar a los compañeros enfermos o en el paro y, en caso
de defunción, a sus familias.
Pronto, la clase
obrera fue generando otras maneras de organizaciones. Los Coros de Clavé fueron
un extraordinario estimulo cultural para muchos trabajadores. También se
constituyeron ateneos y escuelas obreras, con el objetivo de alfabetizar e
instituir los asalariados. Poco a poco nació también una importante prensa
obrera.
Las primeras
organizaciones obreras se definieron como corporativas y apolíticas. Pronto,
pero, se decantaron hacia el republicanismo federal. Republicanismo y
proteccionismo económico fueron durante diversas décadas, las dos bases
ideológicas del asociacionismo obrero.
El sindicalismo
tuvo una vida discontinua. Se pudo expresar públicamente en periodos de
gobierno progresista. Durante las épocas de gobierno moderado fue ilegalizado y
tuvo que sobrevivir en la clandestinidad. El Sexenio Democrático significó el
momento de máximo apogeo del movimiento obrero durante el siglo XIX.
Nuevas corrientes ideológicas.
El marxismo es el conjunto de doctrinas
políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y
periodista revolucionario alemán, quien contribuyó en campos como la
sociología, la economía, el derecho y la historia, y de su amigo Friedrich
Engels, quien le ayudó en muchas de sus teorías. Engels acuñó el término
socialismo científico para diferenciar el marxismo de las corrientes
socialistas anteriores englobadas por él bajo el término socialismo utópico.
También se emplea el término socialismo marxista para referirse a las ideas y
propuestas específicas del marxismo dentro del marco del socialismo.
El anarquismo es una filosofía política y social que llama a la
oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y, por extensión, de
toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por
considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Sébastien Faure, filósofo
anarquista francés, dijo: «Cualquiera que niegue la autoridad y luche contra
ella es un anarquista». Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o
movimientos han manifestado una tan gran variedad de aproximaciones y acciones,
que no siempre fueron bien entendidos por la opinión pública. Históricamente
hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y en la crítica de
su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una futura
sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon, «sin amo ni soberano».
No existe acuerdo académico en
cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una
distinción entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y
comunistas; también es común señalar las cuatro corrientes más importantes, el
anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista y anarcosindicalismo,
y según algunas fuentes, también el colectivismo.
Los conflictos
Revolución
Industrial también crecen los conflictos sociales. A muchos capitalistas no les
importaba que sus trabajadores, a veces niños de siete años, trabajaran 12 ó 14
horas por día en condiciones insalubres, con graves riesgos físicos. Su única
preocupación era aumentar la producción al menor costo posible, es decir,
pagando el salario más bajo que se pudiera, aprovechándose de la gran cantidad
de desocupados que había. Esta situación de injusticia llevó a la aparición de
los primeros sindicatos de trabajadores y de huelgas en demanda de aumentos de
sueldo y de mejoras en las condiciones de trabajo. La unión de los trabajadores
posibilitó la sanción de las primeras leyes protectoras de sus derechos y,
consecuentemente, el mejoramiento progresivo de su calidad de vida.
Esta situación llevó a varios pensadores de la época a sostener que el
enfrentamiento entre estos dos grupos sociales continuaría siendo ineludible y
a la vez la condición básica para el surgimiento de una sociedad más
igualitario.
Barrios
obreros y burgueses
La industrialización supuso una mayor
disponibilidad de alimentos. Ello repercutió en un descenso
de la mortalidad y
un fuerte aumento de la población. Ésta se concentró en ciudades,
que fueron creciendo con las oleadas de inmigrantes procedentes de las zonas rurales,
atraídos por el trabajo en las industrias.
- El crecimiento de las ciudades no fue
acompañado de una planificación urbana, de ahí la carencia de servicios
básicos: agua corriente, alcantarillado, etc. La falta
de higiene era absoluta.
Barrios obreros:
- Los trabajadores vivían hacinados en pequeñas y míseras
casas. Su principal pasatiempo consistía en acudir a la taberna, en
tanto las mujeres atendían las faenas domésticas. La mejora de sus salarios les
permitió acudir a espectáculos como el fútbol o el boxeo.
- La burguesía vivía en elegantes barrios que fueron progresivamente mejorando
sus servicios de alcantarillado, agua potable,
iluminación y pavimentado. Surgieron los grandes y amplios bulevares destinados
al paseo. Hacía una intensa vida social y acudía a los cafés, al teatro, la
ópera, los casinos o los cabarets.
Valoración
En resumen todos
hemos pensado que la revolución industrial fue una de las dos grandes
transformaciones que marcaron el comienzo del mundo contemporáneo (la otra fue
la revolución liberal) . Ambas, estrechamente unidas, fueron los dos pilares
sobre lo que se construyó la sociedad actual.
No podemos olvidar
que el tiempo que llevamos utilizando máquinas en los talleres y fábricas es una
pequeña parte de la historia de la humanidad , ( unos doscientos y pico de años
) que no es nada más que un decimal comparado con los tres millones de años
que los hombres llevamos en el planeta.
Es un proceso de cambios,
lento y complejo, que afectó a la economía y a la sociedad y a nuestra vida
cotidiana. Sus consecuencias, en todos los sentidos han sido enormes.
Marta
Esteban, Nicolay Sánchez, David Elías y Guillermo García.